La muerte es el fin de la vida. Es el fin de la existencia consciente. Muerte y vida son opuestas. Morir es dejar de vivir. "porque morirás, y no vivirás"(Isa.38:1). Al morir, la mente y el cuerpo del hombre cesan de funcionar.
I. Lo que sucede al morir.
Lo que sucede al hombre al morir es opuesto a lo que sucedió cuando Dios hizo al hombre. Al crearlo, el aliento de vida fue unido con el polvo hecho cuerpo y resultó la vida. Al morir el aliento de vida es quitado, la persona muere y vuelve al polvo. "Les quitas el hálito, dejan de ser, y vuelven al polvo"(Sal.104:29)
Polvo más aliento, igual a persona viviente. Este es el proceso de la creación. Polvo menos aliento de vida es igual a persona muerta. Este es el proceso de la muerte.
Salmo. 104:29 Les quitas el hálito y vuelven al polvo
Salmo 146:4 Sale su aliento y vuelve a la tierra
Eclesiastés 12:7 El polvo vuelve a la tierra y el Espíritu vuelve a Dios
Santiago 2:26 El cuerpo sin espíritu está muerto.
En los versículos aquí anotados la palabra espíritu se refiere al aliento de vida del hombre, que retorna a Dios quien lo dio. El aliento de vida es impersonal. Es el poder vital que permite al hombre vivir.
II. La naturaleza del hombre en la muerte.
El hombre es sin existencia consciente en la muerte. Él no tiene vida. Su cerebro y su sistema nervioso cesaron de funcionar. Sin el cerebro, el hombre no puede pensar; sin el sistema nervioso, no puede sentir placer ni dolor. El intelecto, la sensibilidad y la voluntad solamente pueden ejercerse cuando el cerebro del hombre funcionar. Los muerto, entonces, están inconscientes.
Estudie los siguientes versículos.
Job.3:13-19 Allí descansan los de agotadas fuerzas
Job 14:7-15 Los muertos no son como el árbol que reverdece
Salmo 6:5 En la muerte no hay memoria
Salmo 88:11,12 En la tumba, destrucción, olvido
Salmo 115:17 No alabaran los muertos al señor
Salmo 146: 14 Sus pensamiento perecen
Eclesiastés 9:5,6 Los muertos nada saben
Eclesiastés 9:10 En el sepulcro no hay sabiduría
Isaías 38:18 La muerte no te alabará
III La muerte comparada a un sueño inconsciente.
La muerte es como un sueño inconsciente. No hay conocimiento de paso del tiempo. El tiempo que dura la muerte no parecerá más largo al que murió hace mil años que al que murió hace un segundo.
Después de que una persona ha dormido en la muerte, su experiencia consciente. Que sigue será su presencia ante Cristo. Si es un creyente, estará en Cristo, el esposo, en las nubes de la gloria, en la primera resurrección. Si es un pecador, estará ante Cristo, su juez, en la última resurrección.
Mucho tiempo puede pasar entre la muerte de una persona y su resurrección, pero la persona no tendrá conocimiento de ese tiempo. Los creyentes, por tanto, no deben sentir temor de dormir en la muerte; ellos tienen la esperanza de su resurrección a la inmortalidad.
IV. Los muertos permanecen en la tumba hasta su resurrección.
¿A dónde van los hombres al morir? ¿Qué pasa con los hombres después que ellos mueren? ¿Van al cielo? ¿Vuelan para vivir en alguna mansión celestial? ¿Van en un barco para cruzar la Laguna Estigia? ¿Vuelven a su mundo y reencarnan en un animal u otra persona? ¿Alguna parte del hombre permanece en la tierra rondando la vida para conversar con los amigos? ¿Los muertos van al fuego del infierno donde ellos se conservan y son torturados en inconcebible agonía por toda la eternidad?
De acuerdo con la biblia, los muertos no van a ninguna parte excepto a la tumba en la cual son sepultados. Los muertos permanecen inconscientes hasta la resurrección. Al morir los hombres nunca van al cielo o al infierno. Van a la tumba. En Juan 3:13 leemos: “nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el hijo del hombre, que está en el cielo”. Ningún hombre excepto Jesús, ha ido al cielo. Pablo, Pedro y María no están en el cielo; están muertos y sepultados en sus tumbas. Ellos resucitarán cuando venga Jesús.
Cuando nuestro Señor levantó a Lázaro de la tumba, Lázaro estaba muerto y sepultado en su tumba. “Y el que había muerto salió, atada las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo desatadle y dejadle ir” (Juan.11:44). ¿Dónde estuvo Lázaro mientras estuvo muerto? ¿En el infierno, en el cielo o en la tumba? Cuando Jesús clamó con grande voz: “Lázaro ven fuera”, Él no estaba llamando a Lázaro a dejar gloria celestial para venir a la tierra, Él no estaba llamando para que el alma de lázaro viniera de un infierno de torturas y volviera a entrar en su cuerpo descompuesto. Nuestro salvador estaba llamando a Lázaro a salir de la tumba donde él estaba sepultado.
¿Qué hay acerca de David? ¿Fue David al cielo? Pablo dijo: “David, habiendo servido a su propia generación según la voluntad de Dios, durmió y fue reunido con sus padres, y vio corrupción” (Hech.13:36). En su sermón de pentecostés, Pedro dijo: “Varones hermanos, se os puede decir libremente del patriarca David, que murió y fue sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta el día de hoy” Hech.2:29). “Porque David no subió a los cielos” (Hech.2:34). De acuerdo con estas claras declaraciones es cierto que David no fue al cielo cuando murió. Algunos teólogos, quienes dicen que Jesús tomó con el los santos muertos del antiguo testamento, cuando él ascendió al cielo, deben observar que las declaraciones mencionadas fueron hechas por Pedro y Pablo después que Jesús hubo ascendido a la diestra de Dios. Noé, Abraham, Moisés, David, Daniel y todos los otros héroes antiguos de la fe fueron muertos y están esperando en sus tumbas hasta la resurrección.
V. La muerte no es el tiempo de la recompensa.
Los hombres no son recompensados al tiempo de morir. El juicio no es al tiempo de morir sino después (Heb.9:27), en la resurrección. Para recibir una recompensa, uno debe estar consciente. Los muertos están inconscientes. Ellos están en un sueño inconsciente de muerte hasta la resurrección. Mientras un hombre está muerto, no puede experimentar alegría ni tristeza, placer ni pena, recompensa o juicio. El hombre debe estar resucitado para que pueda recibir su premio o su castigo.
Los cristianos no son recompensados tan luego como ellos mueren. Ellos serán recompensados al resucitar cuando venga Jesús.
Resurrección, no muerte, es la esperanza del creyente. Jesús dijo: “He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra” (Apoc.22:12).
Los pecadores no son castigados al tiempo de la primera muerte. Ellos serán juzgados después que sean levantados en la última resurrección y se presenten ante el Juez.
Todos los hombres descansan en la muerte al dormir juntos en el polvo. Cada hombre será levantado a su propio destino eterno en una u otra de las dos resurrecciones. La muerte no es el tiempo de juicio. La resurrección es el tiempo de premios y castigos.
VI. Dos muertes.
Dos muertes son mencionadas en la biblia. La primera muerte es para todos los hombres; la segunda es solamente para los malvados. La primera muerte es temporal, la segunda será eterna. La primera muerte terminará en resurrección, la segunda no terminará nunca.
1La muerte primera. La primera muerte viene a todos los hombres del mismo modo. No hace distinciones. Todos los hombres, los rectos y los malvados, pobres y ricos, chicos y grandes, deben someterse al poder de la primera muerte. “No hay hombre que tenga potestad…sobre el día de la muerte” (Ecl.8:8). “Está establecido para los hombres que mueran una sola vez” (Hbr9:27). “Allí está el chico y el grande” (Job 3:13-19).
Los hombres padecen la primera porque son mortales .Todos los hombres padecen la primera muerte por causa de los resultados del pecado de Adán. Los creyentes que tienen todo su pecado lavado en la sangre de Cristo, sufren la primera muerte, por tanto, no en pago de sus pecados personales. Si la primera muerte fuera el pago de los pecados personales del hombre, los cristianos no deberían sufrir la primera muerte, toda vez que sus pecados han sido perdonados y ellos están ante Dios sin condenaci3n .Esta verdad muestra la necesidad de la segunda muerte, en la cual los malvados pagarán la pena por sus pecados personales.
2 La segunda muerte. Los malvados serán destruidos en la segunda muerte. En la última resurrección, ellos serán levantados para juicio. (Apoc.20:11-13). “Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego” (Apoc.20:15). “Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda” (Apoc.20:14). “Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda” (Apoc.2:8).El lago de fuego mencionado en estos versículos no se refiere al infierno ardiente que algunos creen que existe hoy. Se refiere a la destrucción final de los malvados después que ellos han sido levantados a juicio.
Jesús murió como sustituto del creyente por lo que el creyente no necesita padecer la permanente y eterna muerte segunda. La segunda muerte no tendrá poder sobre los creyentes, quienes serán hechos inmortales. “bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre estos” (Apoc.20:6).