El cristianismo, diferente a otras religiones, está basada principalmente sobre la muerte de su fundador. El sacrificio de Cristo es el tema fundamental del evangelio. (1Cor. 15:1-4). Pablo declaró: "Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a este crucificado" (1Cor.2:2). El explicó : "Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden ; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios" (!Cor.1:18). La historia de la salvación fluye hacia adelante de una cruz de madera y de una tumba vacía.
La cruz fue la meta del ministerio terrenal de Cristo. Jesús nació para morir. En cierto sentido, El "nació crucificado". La sombra de la cruz se extendió a través de los años al pesebre de Belén. "Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores"(1Tim. 1:15). "Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados" (1Juan 3:5). "Pero ahora, en la consumación de los siglos,se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo (Heb.9:26).En el principio de su ministerio El fue revelado como "el cordero de Dios, que quita los pecados del mundo"(Juan 1:29). Nuestro salvador explicó: El hijo del hombre vino " para dar su vida en rescate por muchos" (Mar. 10:45).
La muerte de Cristo es única . Permanece sola, es un hecho solitario en la historia de la humanidad. No ha habido otra muerte igual a la suya. Su sacrificio nunca puede ser duplicado; Sus sufrimientos nunca pueden ser igualados. Su muerte es única por causa de su propósito, importancia y su infinito valor como hijo de Dios. Otras personas han sufrido crucifixión; muchos han experimentado torturas agonizantes; incontables hombres inocentes han sido ejecutados injustamente. La muerte de Cristo es única,no porque el murió como un martirio porque experimentó una muerte humillante, sino porque solamente El es el cordero de Dios que murió por los pecados del mundo. Su muerte no es simplemente un martirio; fue un sacrificio.
I. Bases de la salvación
El sacrificio de Cristo es la base de la salvación. Por medio del infinito valor de su sacrificio, Jesús pagó la pena del pecado de la humanidad. Su muerte quitó la barrera creada por el pecado del hombre en relación a la santidad de Dios. Esto proveyó una base por la cual Dios puede otorgar sus bendiciones de gracia sobre los pecadores, sin violar su propia naturaleza de santidad y justicia. Solamente Jesús es el salvador, no hay otro camino que nos lleve a Dios. Si el hombre ha de ser salvo, debe ser salvado por el sacrificio de Cristo. Fuera de su muerte, no puede haber salvación.
II. El sustituto del pecador.
Jesús murió como sustituto del pecador. El tomó el lugar del pecador y llevó la pena del pecado en sus sufrimientos y muerte . El murió en la cruz para que los creyentes no mueran la segunda muerte.
"La paga del pecado es muerte" (Rom.6:23). La naturaleza santa de Dios requiere que la pena para cada pecado cometido en el universo sea pagada. La muerte de su hijo sobre la cruz fue el pago de la pena del pecado de los creyentes. Siendo sin pecado, Jesús no necesitó morir por el mismo. Por medio de su amor, Jesús se sacrificó voluntariamente a sí mismo y murió como el sustituto del creyente. Los creyentes que están unidos a cristo por medio de la conversión , por tanto, están libres de condenación, (Rom.8:1), y están exentos de la segunda muerte (Apoc.2:11; 20:6), en la cual el malvado pagará la pena del pecado. La justicia de Cristo es atribuida a los creyentes a su conversión y actualmente es impartida a ellos mientras permitan que Cristo ejerza influencia en sus vidas.
1. porque el pecado debe terminar en muerte. La paga del pecado debe ser la muerte, lo contrario de vida, porque el pecado es anti-Dios y Dios es vida El pecado viola las leyes morales de Dios, las cuales son la expresión de sus propios atributos morales: santidad, amor y verdad. Dios mismo es la medida para los que es correcto y lo que es erróneo.
Ser piadoso es ser semejante a Dios en carácter y conducta. Dios es santo y el dijo: "sed santo, porque yo soy santo" (1Ped. 1:16). Dios es amor y Jesús explicó que el amor comprende todos los mandamientos de Dios (Mat.22:37-40). Cuando los creyentes son transformados de acuerdo con el plan de Dios, son reflejos del carácter de Dios y de Jesús.
Las leyes morales de Dios no son arbitrarias. No son el resultado de una voluntad arbitraria ni de un capricho divino. Las leyes de Dios expresan no solamente su voluntad sino también su carácter santo .El pecado es contrario a la naturaleza interna de Dios La santidad,la rectitud y la justicia de Dios requieren que el pecado termine en muerte. El pecado es anti-Dios. Dios debe , en todo caso , condenar el pecado o violar su propio carácter. El pecado debe terminar en destrucción. El castigo por cada pecado debe ser pagado.( Rom.6:23; Gen.2:17; 3:19; Rom.1:32; 5:12).
2 La segunda muerte pagará la pena del pecado. Los pecadores pagarán el castigo por sus pecados siendo destruidos en la muerte segunda (Apoc. 20:15; 21:8).La primera muerte no es el pago fina de la pena del pecado. Si esta fuere el pago final, los los cristianos, cuyos pecados han sido perdonados, no sufrirían la primera muerte. Todo hombre muere la primera vez; solamente los pecadores , por tanto, sufrirán la segunda muerte. ¿Porque no destruyó Dios la raza humana en el momento en que Adán y Eva pecaron? Por su merced, gracia y paciencia, Dios pospuso la fecha en que las penas del pecado serían pagadas. El ha detenido l ejecución hasta la segunda muerte a fin de que los pecadores tengan oportunidad de arrepentirse.
La primera muerte no quita la culpa del pecador. El pago completo de las penas del pecado, será efectivo por el pecador cuando sea destruido en la muerte segunda. Levantados a vida en la final resurrección, los pecadores estarán todavía bajo la condenación y la ira de Dios. El hecho de delito no será cambiado. Ellos serán culpables de los pecados cometidos en esta vida. Ellos serán juzgados de acuerdo con las obras pecaminosas cometidas hoy. En la muerte segunda, la pena del pecado será pagada; los pecadores serán destruidos.
3 Por que es necesario un sustituto. La muerte eterna y la vida eterna se excluyen mutuamente. Si una persona paga por sus pecados propios pecados al ser destruido en la muerte segunda, no puede vivir eternamente. La segunda muerte será destrucción, extinción de vida. Ya que la naturaleza santa de Dios requiere que la pena del pecado sea pagada, y ya que el pecador no puede pagar por sí mismo y experimentar la vida eterna, es evidente que si uno debe ser salvo, la pena del pecado debe ser pagada por un sustituto.
Por medio de su plan de salvación, Dios proveyó un medio por el cual la pena del pecado puede ser pagada y el pecador perdonado puede vivir por toda la eternidad. Jesús el impecable hijo de Dios, voluntariamente fue el sustituto del pecador. En su sacrificio en la cruz, El pagó las penas del pecado de los creyentes. El tomó su lugar. Solamente Jesús es la persona quien podía haber servido como sustituto del hombre . Solamente el era sin pecado. Si Jesús no hubiera hecho el sacrificio por el hombre, el hombre no tendría salvación.
4 La naturaleza de Dios siempre se conserva santa. El sacrificio de cristo como sustituto del hombre permite a Dios conservar su santidad, rectitud y justicia aunque el perdona y justifica al pecador que cree en Cristo. Al perdonar al pecador, Dios no hace un acto contrario a su carácter santo. (Rom.3:24-26). Por medio de su muerte, Jesús satisfizo las demandas de la ley y los requerimientos del gobierno santo de Dios en el universo.
Dios puede continuar siendo santo mientras justifica a los pecadores porque las demandas de su santidad fueron cumplidas en el calvario.
5. Solamente dos alternativas. La pena del pecado puede ser pagada de una de estas dos maneras. El pecador puede pagar el mismo la pena de su pecado siendo destruido en la muerte segunda o puede aceptar los beneficios del sacrificio de Cristo. De los dos modos, las penas pueden ser pagadas y las demandas de la santidad de Dios pueden ser satisfechas. Si el hombre paga la pena de su pecado en la muerte segunda él podrá dar una personal satisfacción a Dios por su pecado . Si el pecador estableció una vital unión con el cordero de Dios y aceptó los beneficios de su sacrificio ,el podrá da a Dios satisfacción de su pecado por sustitución. El pecador, entonces, tiene solamente dos alternativas. El debe aceptar el sacrificio de Cristo o ser destruido en la segunda muerte. No hay otra elección posible.Sin Cristo, los pecadores se enfrentan a la destrucción .
III. La salvación es condicional
El sacrificio de Cristo es perfectamente suficiente para cada pecador; pero es efectivo sólo para aquellos que le aceptan por la fe. Dios proveyó salvación para todos; pero solo pueden recibirla los que le aceptan. El cordero de Dios llevó el delito y pagó la pena del pecado por la raza humana entera. Los beneficios de su sacrificio, entonces, son efectivos en la vida del pecador solamente cuando esta se relacione correctamente con Cristo por medio de su conversión.
l salvación es condicional originada en la gracia de Dios y la salvación basada sobre el sacrificio de Cristo,
la salvación puede ser una realidad en la vida del pecador, solamente si las demandas de Dios son satisfechas. La aceptación del hombre es la condición sobre la que Dios da la salvación. Dios ha proveído la salvación; el hombre debe aceptar esa salvación. El hombre tiene la responsabilidad; Dios recibe la gloria. A la conversión, el pecador reconoce a Jesús como su sacrificio, sustituto y salvador. Confiando en Cristo , el creyente alcanza y acepta los dones de salvación de Dios. El se identifica como uno por quien Jesús murió .
De este modo reclama como suyos, todos los beneficios espirituales que el sacrificio de Cristo hizo posibles. Lo que Dios ha prometido, él lo acepta como un hecho. El reconoce que el mismo ha sido perdonado, justificado, reconciliado,redimido, adoptado, hecho santo y ha recibido vida nueva. Reconoce la verdad de que el ha entrado en Cristo y que Cristo ha entrado en él. Sabe que él tiene nueva posición legal y vital relación con Dios por medio de Cristo. La conversión incluye los tres elementos: Arrepentimiento, fe y bautismo. Estas son la cosas que el hombre debe hacer a fin de aceptar el don de salvación de Dios.