viernes, 23 de noviembre de 2012

Resultados del pecado lección 12

                                I. Relación del pecador con Dios

El resultado más significativo del pecado se manifiesta en la relación impropia del pecador con Dios. El pecado es primeramente contra Dios. El hijo pródigo confesó: "Yo he pecado contra el cielo y contra ti". Aunque David cometió adulterio y crimen, el confesó: "Contra ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos" (Sal.51:4).
El pecado separa al hombre de Dios. Dios, en su santidad, no puede aprobar el pecado. Porque la naturaleza del pecado es contra Dios, naturalmente separa al pecador de Dios. El pecado es una barrera, un bloqueo, una cortina de hierro negra que está atravesada en la senda de comunión entre el hombre y Dios. a consecuencia de su pecado, Adán y Eva fueron alejado del árbol de la vida, su hogar edénico y de la comunión bendita de Dios. Ellos no tuvieron contacto vital con Dios. Ellos fueron "muertos en pecado".
El pecado termina en delito  . El pecador es responsable delante de Dios. El pecado trae la desaprobación y la condenación de Dios. El pecador merece castigo y debe satisfacer los requisitos de la justicia de Dios pagando la pena del pecado. El pecado hace del pecador un deudor, un criminal, un enemigo, un esclavo, un hombre impuro e impío, muerto espiritualmente y alejado de Dios. El pecado rompe las relaciones entre Dios y el hombre.
                                   

                        II.  La paga del pecado

El resultado final del pecado es muerte y destrucción. " La paga del pecado es muerte". (Rom.6:23). Adán fue advertido: "El día que de él comieres, ciertamente morirás". (Gen. 2:17). A Adán el pecador, fue dicho: "Con el sudor de tu frente comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado: pues polvo eres y al polvo volverás"(Gen.3:19). Los pecadores merecen la muerte. Pablo dijo:"Que los que practican tales cosas son dignos de muerte".(Rom.1:32).  "Así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron"(Rom.5:12).
La consecuencia del pecado debe ser muerte, lo opuesto a vida, porque el pecado es contra Dios y Dios es vida. Los pecadores pagaran la pena del pecado siendo destruidos en la segunda muerte. Los pecadores serán levantados para juicio en la resurrección final.
(Apocalipsis. 20:12-15   El que ha vivido en pecado durante su vida
Apocalipsis 21:8   Y cuyo nombre no esté escrito en el libro de la vida
Apocalipsis 20:15   será arrojado en el lago de fuego para ser destruido.
En su sacrificio, Jesús tomó el lugar del creyente. El pagó las culpas del pecado en su lugar. En lugar de muerte eterna, entonces, los cristianos ven adelante la vida eterna . Ellos serán levantados en la primera resurrección. La muerte segunda no tendrá poder sobre ellos porque habrán sido hechos inmortales. (Apoc.20:6).

                              III. Los resultados del pecado dentro del pecador

El pecado tiene trágicos resultados dentro del pecador mismo. Separado de Dios, el pecador existe en un estado anormal. Está incompleto. Su vida está vacía. Sin Dios, él es como un círculo sin el centro, como un sistema solar sin el sol. Bajo el despótico gobierno de él mismo, el pecador tuerce y pervierte los instintos normales que le dio Dios,como la propia preservación, la expresión, el hambre,el amor y el propio mejoramiento. Pecar es tal vez natural en el pecador, pero el pecado en sí, es anormal. Es lo contrario de la manera como Dios designó que fuera el hombre. El hombre fue hecho de tal modo que es incompleto separado de Dios. Como los planetas en el sistema solar giran alderredor del sol como su centro, así el hombre fue hecho con el centro en Dios. Como las flores alcanzan madurez y belleza al realizar el propósito de Dios en ellas, por medio del efecto de la luz del sol, así el hombre encuentra íntima satisfacción, vida abundante y completa personalidad por medio de su relación con Dios.
La esencia del pecado está en el egoísmo. El pecado iguala a la persona contra Dios y a la persona apartada de Dios. El pecado demuestra antagonismo a la autoridad de Dios y es contrario a su ley. El hombre peca porque él está concentrado en sí mismo en lugar de tener por centro a Dios. El hombre mismo usurpa la posición y la autoridad de dios. La personalidad del hombre es dirigida por él mismo, el tirano,en lugar de ser dirigida por Dios, el rey.
El hecho de que el hombre vive separado de Dios , independiente de su autoridad y en antagonismo con El, produce el pecado.

La miseria del egoísmo. La tristeza del hombre proviene de que él es el centro de sí mismo en lugar de tener por centro a Dios. La vida interior del hombre está llena de miseria  porque el tirano, él mismo     , está en el trono. El pecado es anormal. Es ajeno al plan original de Dios para el hombre. La tiranía de sí mismo produce el caos. Un rompimiento de la relación divina produce relaciones humanas pervertidas. El hombre no puede tener una correcta relación horizontal con la humanidad, si no tiene una correcta relación vertical con Dios. El hombre no vive rectamente hasta que está viviendo en correcta relación con Dios. La correcta relación del hombre con su prójimo debe ser la expresión social de su relación correcta con Dios. Una persona puede amar a su prójimo como a sí mismo en el recto sentido de la expresión,  solamente cuando ella ama al señor su Dios sobre todas las cosas.
La miseria del egoísmo puede ser removida solamente   humillándose y sometiendo la vida al gobierno de Dios por medio de su hijo Jesucristo. Esta transformación no puede producirse por el mero esfuerzo humano. La salvación se origina en la gracia de Dios; está basada en el sacrificio de Cristo; es efectiva por medio del poder de Cristo. una persona debe establecer la apropiada relación de redención con Cristo por medio de la conversión , antes que Cristo pueda entrar en su vida como señor y gobernador.

                                       IV. La relación del pecado con el Ambiente

El hombre depende del medio ambiente para seguir viviendo. Sus necesidades de oxígeno, agua, alimento y protección, las satisface mediante su relación con el planeta físico. Después que Adán pecó , Dios maldijo la tierra. Dios dijo a nuestros ancestros: "Maldita será la tierra por tu causa, con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinas y cardo te producirá" (Gen. 3:17,18)." Porque sabemos que la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora"(Rom.8:22). La tierra ha sufrido porque el hombre ha pecado.
La medida de la vida normal del hombre ha sido acortada de cerca de mil años (antes del diluvio), a menos de un siglo. La fertilidad de la tierra ha decrecido. Hierbajos, espinas y cardos forman un impedimento para cultivar la tierra. Hay temor entre animales y entre animales y hombres. Malestar, enfermedad y limitaciones físicas afligen a la raza humana.
Dios sujetó la tierra a maldición como un castigo indirecto al hombre. Esta maldición también sirve como un freno de seguridad para restringir al hombre en el pecado. Considere la posible magnitud a la cual el pecador puede ir si no tiene estas limitaciones .
El hecho de que los cristianos estén sujetos a estas limitaciones no es una indicación de que ellos son pecadores. Un creyente puede encontrar hierbas creciendo en su jardín, contraer una enfermedad o perder su hogar destruido por una tormenta. Estas adversidades, no obstante, no siempre significan que él es un pecador o que sufre estas tragedias como castigo por pecados personales. Aún los cristianos experimentan los efectos de la maldición de Adán.
La tierra será redimida de la maldición y restaurada a la pureza y perfección del edén, por medio de la obra de Cristo cuando El retorne a la tierra. "Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. Porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de la corrupción , a la libertad gloriosa de los hijos de Dios" (Rom.8:19,21).
La tierra será restaurada a su fertilidad (Isa.35:1,2,6,7;  55:13; Amós 9:13,14). Los animales no dañarán más (Isa.11:6-9). Enfermedad y tristeza serán quitadas (Isa.35:5,6; Apoc.21:4). "Y no habrá más maldición" (Apoc.22:3).

                                    V.  Penas, Poder y Presencia del Pecado

La pena, el poder y la presencia del pecado están relacionados. La pena del pecado es condenación y muerte. El poder del pecado es la influencia que el pecado y un hábito pecaminoso ejercen sobre el pecador. La presencia del pecado es la evidencia de pecado en el ambiente de una persona.
El evangelio ofrece una triple salvación para el pecador. Hay una pasada salvación que es un hecho cumplido; hay una presente salvación que es un proceso progresivo; y hay una futura salvación que es una prometida esperanza.

1. Salvación de la pena del pecado. Por medio de su sacrificio en la cruz, Jesús nos ha salvado de la pena del pecado. El pagó el precio del pecado por nosotros. El quitó nuestro delito y nuestra condenación en nuestras relaciones con Dios. Cuando el pecador acepta  el sacrificio de Cristo por medio de la conversión , él es salvo de la pena del pecado. Entonces, ahora, el no tiene condenación; está justificado delante de Dios
2. Salvación del poder del pecado. Cuando Cristo mora en nuestras vidas por medio de su poder, El nos salva progresivamente del poder del pecado . El poder de Cristo es contrapeso del poder de la mente carnal. Andando en el espíritu; el creyente no satisface los   deseos de la carne.  (Gal.5:16). Solamente el poder de Cristo puede liberar del poder del pecado. Cuando una persona se somete al poder transformador de Cristo y vive en obediencia a él como señor, es progresivamente salvo del poder del pecado.
3.Salvación de la presencia del pecado. Cuando Jesús vuelva a la tierra , y comience su nuevo ministerio terrenal, él nos salvará de la presencia del pecado. Toda evidencia de pecado , finalmente será quitado. El redimirá nuestros cuerpos , cambiándonos de mortalidad a inmortalidad. Por medio de su gobierno, se transformará nuestro ambiente como "la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar" (Isa. 11:9).

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